lunes, 11 de octubre de 2010

¿Te quieres asustar un poco?

La leyenda de la mona.............
Hola soy el autor de este blog, y nací en un pequeño pueblo de nombre Cuicatlan en la región 
de la Cañada, mi abuelita que actualmente se encuentra en aquella región, me contó una leyenda
que al parecer le ocurrió a uno de sus parientes lejanos que vivía en la sierra de ese mismo poblado.
Según la leyenda, nos platica que en la sierra Cuicateca hay parcelas en donde los habitantes de ese lugar siembran la famosa granada de moco, que es de lo único que se mantiene la gente en ese lugar, pues bueno en tiempos de cosechas la gente se queda a cuidar sus terrenos día y noche , para que los animales no entren  a comerse la fruta, en una tarde un señor de nombre Fausto se encontraba regando sus sembradíos mientras esperaba a su mujer, la cual le debería de llevar de comer, ya pasado el tiempo vio a lo lejos que venia doña Anita su esposa y dijo dentro de el:
-que bueno que ya viene, pues ya no aguanto el hambre.
la señora llego, tendió su petate y comenzó a servir la comida
don Fausto se acerco y le saludo
-que bueno que ya llegaste vieja ya no aguanto la canija hambre
pero la señora no contesto, cosa que a señor no le parecía, pero pues pensó, que a lo mejor cansada o estaba enojada.
Doña Anita comenzó a comer y a calentar la tortillas en una pequeña fogata que prendió a un lado, el señor comenzó a comer rápidamente pues tenia que regresar a cuidar el agua de su parcela, pero no se porque la comida le comenzaba a dar un sabor simple, y dijo.
-Ana pasame la sal de favor
en ese instante un viento frió y un remolino se levanto ante sus ojos y doña Anita rápidamente tomo una forma monstruosa mientras se reía y gritaba...
- jajajaja te engañe, te engañe...
don Fausto se paro de un brinco y comenzó a persinarse y a rezar mientras la espantosa mujer se alejaba junto con el remolino.
Ya un poco mas tranquilo el señor se volvió a sentar y observo que la comida que llevaba la mujer solo eran pedazos de tierra y estiércol cosa que lo dejo en un estado de asombro y miedo.
Una media hora mas tarde a lo lejos vio otra vez a Doña Anita que venia bajando muy lenta ella, pero ahora si ella lo saludo y lo llamo a que bajara a comer, el señor se acerco y sin pensar en otra cosa, antes de que pasara algo peor le dijo...
-Oye trajiste la sal
la señora sorprendida le dijo...
-Si viejo aquí esta, ya baja a comer que tengo que ir por los chivos
Don Fausto a ver que si le respondía y al ver que si era la verdadera Anita decidió bajar con ella, y retirarse a su casa, cosa que la doña no le parecía, pero pues bueno, pensaba que a lo mejor ya estaba cansado y quería dormir un poco.
Al llegar a la casa el señor se recostó y comenzó a tener un fuerte fiebre, la señora llamo rápido al medico del pueblo y le comento que desde la tarde estaba muy raro.
En sus ultimas horas de vida don Fausto comento a su mujer lo que le había sucedido en la parcela, ya no se pudo hacer nada, sabían por leyendas anteriormente contadas que la mona siempre se le aparecía a los viajeros solitarios o personas que apastaban a sus animales, pero siempre que se le aparecía era para llevárselos a la muerte.
desde entonces se dice que la mayoría de las personas que habitan esas regiones de la cañada siempre tienen muy en cuenta que la sal es un protector para ellos, quien sabe por que pero le tienen mucha fe.
esto fue lo que mi abuelita me contó...
¿verdad que si da miedo?
Pues cuando vallan a pasear por aquella región recuerden que la mona se les puede aparecer.
Esta fue una leyenda contada por mi abuelita, la señora:
Rosa Villanueva Cañongo.
Nativa de la región de la cañada





Bibliográfia:
Rosa Villanueva Cañongo
mi abuelita

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